Con sus llamativas aletas y una amplia gama de colores vibrantes, el betta (Betta splendens) es uno de los peces de agua dulce más populares entre los aficionados a la acuariofilia, y se ha ganado un lugar especial en muchos hogares.
Origen y características únicas
Originario de las aguas poco profundas y con abundante vegetación de Tailandia, Camboya y Vietnam, el pez betta está perfectamente adaptado a sobrevivir en condiciones de bajo oxígeno gracias a su órgano llamado laberinto, que le permite respirar aire directamente de la superficie. Esta adaptación, sumada a sus aletas largas y fluidas (en el caso de los machos), hace que no solo sea resistente, sino también un espectáculo visual en cualquier acuario.
Los bettas machos suelen tener colores más intensos y aletas más llamativas que las hembras. Son peces territoriales, por lo que es recomendable mantener un solo macho por acuario, a menos que el espacio, la vegetación y la experiencia del cuidador permitan una comunidad equilibrada.
El acuario ideal para un betta
A diferencia de la creencia popular, los bettas no deben vivir en recipientes diminutos. Aunque pueden sobrevivir en espacios reducidos, lo ideal es un acuario de al menos 10 litros para un solo pez. Esto le brindará espacio para nadar, explorar y mantenerse activo.
- Temperatura: Mantener el agua entre 24°C y 27°C es fundamental. Un calentador con termostato ayudará a garantizar este rango térmico.
- Filtración y cambios de agua: Un filtro de baja corriente evitará el estrés del pez. Además, reemplazar entre el 20% y 30% del agua cada semana ayuda a mantener la calidad del entorno.
- Decoración y plantas: Añade plantas naturales o sintéticas de seda, cuevas o troncos para que el pez pueda esconderse y sentirse protegido. Esto disminuirá su estrés y aumentará su bienestar.
Alimentación equilibrada
El pez betta es carnívoro por naturaleza. Una dieta variada basada en alimento comercial específico para bettas, combinado con larvas de mosquito, daphnia o artemia congelada, asegurará una nutrición balanceada. Alimenta a tu betta una o dos veces al día en pequeñas porciones que pueda consumir en un par de minutos, evitando así la sobrealimentación y la acumulación de desechos.
Comportamiento y cuidado diario
Los bettas son peces curiosos e inteligentes. Reconocen patrones y pueden llegar a “saludar” a su cuidador cuando se acerca al acuario. Observa su comportamiento: si notas que se frota contra superficies, pierde color, deja de comer o presenta las aletas pegadas al cuerpo, podría estar enfermo. Un mantenimiento constante de la calidad del agua, la temperatura y la higiene del acuario es la mejor forma de prevenir enfermedades.
Un colorido compañero acuático
En definitiva, el pez betta agrega una nota de color y vida a cualquier hogar. Con un cuidado adecuado —un acuario bien acondicionado, alimentación balanceada y atención a su comportamiento— tu betta puede vivir de 2 a 4 años, acompañándote con su belleza y gracia a lo largo de su vida.
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